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Instrucciones:  Declarar estas escrituras y afirmaciones una y otra vez hasta decirlas de memoria.  Estas escrituras son tu prescripción de parte del Gran Doctor, para tomar diariamente para sanación divina conforme se necesite, hasta que se necesite y hasta cuando se necesiten, para así continuar caminando en la salud divina, “en Vida”, háblalas en voz alta, firme y fuerte.

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“Soy sano. Jesús ya llevó todas mis enfermedades y sufrió mis dolores en Él mismo, para que yo no tenga que soportarlos ni llevarlos mas, por sus llagas fui sanado. Por sus heridas fui sanado y ahora soy hecho entero.”

Ciertamente llevó Él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Más Él, herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Él y por sus llagas fuimos nosotros curados.  Isaías 53: 4-5

Y cuando llegó la noche, trajeron a Él muchos endemoniados. Y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos, para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: Él mismo tomó nuestras enfermedades y llevó nuestras
dolencias. Mateo 8: 16-17

Quien llevó Él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos al pecado, vivamos a la justicia, y por cuya herida fuisteis
sanados. 1 Pedro 2:24

“Mi Padre quebrantó a Jesús, lo enfermó para hacer de Su Alma una ofrenda por el pecado para verme como Su semilla restauradora.”

Con todo eso Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. Isaías 53:10

“La ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús, me libera de la ley del pecado y la muerte.  Me ha liberado y continuamente me libera y me mantiene libre. Todo dolor, malestar y enfermedad, son parte de la ley del pecado y muerte, de la cual yo soy libre porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha hecho libre y continúa liberando Siempre.”

Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús, me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.  Romanos 8:2

“El mismo Espíritu que resucitó a Jesús de entre los muertos, habita en mí, y ese mismo Espíritu que levantó a Cristo de entre los muertos, vivifica ahora mi cuerpo mortal, por su Espíritu que mora en mí.”

Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús, mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús, vivificará también a vuestros cuerpos mortales, por su Espíritu, que mora en vosotros.  Romanos 8:11

“Jesus partió su cuerpo por mí, para que yo fuese sanado y hecho entero.”

Y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: tomad, comed; esto es mi cuerpo, que por vosotros es partido, haced esto en memoria de mí.  1 Corintios 11:24

“Conforme a mi Fé, así sea hecho en mí. Tengo Fé en Dios, sin Fé es imposible complacerte.”

Entonces le tocó los ojos, diciendo: conforme a vuestra Fé os sea hecho.  Mateo 9:29

“Jesús llevo mis enfermedades y sufrió mis dolores, para que no tenga que llevar o aguantarlos.”

Ciertamente llevó el nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Más Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por
sus llagas fuimos curados.  Isaías 53: 4-5

Para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: Él mismo tomo nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.  Mateo 8:17

Quien llevó Él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.  1 Pedro 2:24

“El ladrón viene a matar, robar y destruir. Pero Jesús vino para que yo tenga vida y para que la tenga en abundancia.”

El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.  Juan 10:10

“Mi alma te bendice Mi Señor, con todo mi ser, bendito sea tu santo nombre, mi alma te bendice mi Señor y no olvida ninguno de sus beneficios. Tu perdonas todas mis iniquidades, tu sanas todas mis dolencias, tu rescatas mi vida de toda distracción. Tu me coronas de favores y misericordias. Tu sacias bien mi boca de modo que rejuvenezco como águila.”

Bendice alma mía a Jehová, y bendiga todo mi ser, su santo nombre.
Bendice alma mía a Jehová, y no olvides sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias;
El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias; El que sacia de bien tu boca. De modo que te rejuvenezcas como águila. Salmo 103: 1-5

Así como la mujer que padecía de flujo de sangre que dijo: Si tocare tan solo su manto, seré salva. Señor Jesus, yo te toco ahora por el Espíritu y recibo el poder que fluye de Tí. Y soy hecho entero (soy sanado).

Luego Jesús, conociendo en si mismo el poder, que había salido de Él, volviéndose a la multitud dijo: Quien ha tocado mis vestidos? Marco 5:28

Y Él le dijo: Hija tu Fé te ha hecho salva; ve en paz y queda sana de tu azote. Marco 5: 34

“Jesus, tu Nombre y mi Fé en tu nombre me ha hecho fuerte y perfectamente sano.”

Y por la Fé en Su Nombre, a este que vosotros veis y conocéis, le ha confirmado Su Nombre; y la Fé que es por Él, ha dado a este esta completa sanidad. En presencia de todos vosotros. Hechos 3:16

“Gracias Jesus por demostrar tu amor por mí, gracias por curarme, gracias por cuidarme. Tu me has hecho completamente sano. Te Amo JESUS!”

Traducción Reina Valera 1960

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Franciscus M. Dartee

Crecer en la fe | Caminar en el poder

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